Parroquia Nuestra Señora del Carmen
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Vida Parroquial
La parroquia cuenta con un Consejo Pastoral formado por nueve miembros de la comunidad parroquial. El Consejo fue inaugurado por el vicario episcopal a principios de este curso, y en él están representadas todas las actividades de la parroquia en estos momentos: secretaría, catequesis de iniciación cristiana, grupo sinodal, liturgia, economía, etc., también son laicos de distintas realidades y sensibilidades dentro de la parroquia, distintas edades y experiencias, buscando abarcar la mayor horquilla posible de feligreses. El Consejo se reúne aproximadamente cada dos meses y ofrece al párroco su visión de los distintos aspectos pastorales y evangelizadores para el buen funcionamiento de la parroquia, desde la visión y experiencia de cada uno.
También cuenta con un Consejo Económico, formado por cinco miembros de la comunidad parroquial, expertos en el mundo de la banca, la empresa y la administración. El Consejo fue inaugurado por el vicario episcopal al principio de este curso de forma oficial, aunque lleva ya más de dos años funcionando. Este Consejo lleva las cuentas parroquiales al día, gestiona toda relación con las cuentas del Arzobispado o con Hacienda, y propone los pasos a dar para mejor uso de los recursos de la parroquia. Sigue y valora todo el proceso de las obras de la parroquia, y busca la mejor forma de hacer partícipes a los feligreses de las necesidades económicas de la parroquia.
Cáritas parroquial es un grupo de laicos de nuestra parroquia que se encarga de organizar y distribuir alimentos para aquellos que lo necesitan. Como esto no es una necesidad fundamental en nuestro barrio, Cáritas afronta un reto nuevo y mucho más adecuado a nuestro tiempo y lugar: encontrar a aquellos que, en nuestra parroquia, están solos, y pueden necesitar cualquier tipo de ayuda: compañía, ir al médico o a la compra, charlar, una gestión concreta… Esta forma de acompañar y de llevar a Jesús a otros requiere de la colaboración de todos, para que podamos saber de cada necesidad, de cada persona, de cada situación que pueda surgir.
En la parroquia, un matrimonio se encarga de preparar a los padres que se acercan a la parroquia a pedir el bautismo para sus hijos. Igualmente, tres mujeres imparten la catequesis de preparación para la primera comunión, tres madres de familia que los acompañan semanalmente y les ayudan a conocer a Dios y a la Iglesia, colaborando con la tarea de sus padres. Además, otros dos laicos asumen la formación de los que han solicitado el sacramento de la confirmación, tanto a los adolescentes como a los adultos. Todos ellos, en colaboración con el párroco, se encargan de la responsabilidad de comunicar la fe y explicarla a los que solicitan los sacramentos de iniciación cristiana.
Junto con esta formación sacramental, la parroquia ofrece una formación permanente semanal, de tal forma que cualquier feligrés de nuestra parroquia puede profundizar en la fe de forma constante, creciendo para comprender mejor en la fe que profesamos, y buscando poder ofrecer así respuestas ante las preguntas que nosotros mismos nos hacemos y, tantas veces, otros nos hacen desde fuera.
Seis feligreses están llevando a cabo una ardua y oculta tarea: se encargan de informatizar los libros parroquiales (de bautismos, de confirmaciones, de matrimonios) para que los datos sacramentales estén protegidos ante eventuales pérdidas y, a la vez, estén accesibles rápidamente para quien necesite de la documentación archivada.
Cada viernes, un grupo de feligreses que comenzó su andadura al convocar el Papa Francisco el Sínodo de la sinodalidad en su fase diocesana, se reúne a reflexionar sobre el evangelio dominical y compartir una tarde de fe y amistad. En la riqueza de distintas vidas y experiencias, ofrecen y comparten la vida parroquial y del barrio a todos.
La tarea de la liturgia es amplia: desde el mantenimiento de las dos iglesias, de los objetos y ornamentos litúrgicos, hasta la decoración floral o litúrgica, pasando por lectores, cantores, acólitos, el grupo que dirige la Exposición del Santísimo cada viernes, y todos aquellos que, cada día, colaboran en la celebración de la misa. La liturgia es tan importante que siempre requiere de nuevos miembros que se impliquen en ella y se formen adecuadamente para participar y ayudar a otros en la celebración de la Iglesia.
Todos somos necesarios, queremos que el evangelio llegue más y mejor a nuestros vecinos y amigos: ¿nos ayudas? ¿te podemos ayudar en algo?
Breve Historia de la Parroquia
La parroquia se funda en el año 1956, pero la iglesia ya estaba antes gracias a la obra de Regiones Devastadas, que la subvencionan y le dieron esa forma tan singular de cortijo. La anterior iglesia del Carmen, que fue destruida durante la Guerra Civil, se encontraba cerca de su ubicación actual, en la calle Segundo Anca (alcalde de Pozuelo). Cuentan los mayores que en el año 1953 era una pedanía de Aravaca, de donde venía un sacerdote a caballo a la capilla para celebrar los domingos. El actual complejo parroquial está ubicado, para más señas, en lo que antiguamente era parte de la finca de la familia Oriol.
Don Andrés Gallegos González fue el primer párroco y estuvo entre los años 1956 a 1997. Él conoció la reconversión de El Plantío de lugar de campo, de descanso en el camino, a barrio de Madrid, cuando ni la carretera de La Coruña pasaba por ahí como ahora. La advocación principal de la parroquia es la Virgen del Carmen, pero también está ligada al Cristo del perdón, que se celebra en la fiesta de la cruz de septiembre, al final del verano. Para esa fiesta se empleaba la cruz grande colgada al final de la capilla, junto a la puerta.
A la muerte de Andrés Gallegos González sucede Miguel Terrats Gómez, que venía de ser párroco en Los Molinos, desde 1997, y que ejerció en esta comunidad hasta 2021. En la actualidad el párroco es el sacerdote Diego Figueroa Soler, también consiliario de la Acción Católica de Madrid, y está acompañado por el sacerdote Juvencio Elo Nguema, Marco Antonio Medina García y al sacerdote jubilado Luis Ayestarán Talens .
El Párroco
Diego Figueroa, ordenado sacerdote en el año 2004 en la catedral de la Almudena por el entonces arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha sido vicario parroquial en las parroquias de san Vicente Ferrer y Concepción de Ntra. Sra., y rector del Oratorio Sto. Niño del Remedio. Compagina la tarea como párroco con la de consiliario diocesano de Acción Católica General de Madrid, que ejerce desde 2016.